lunes, 27 de abril de 2015

MOHAMMAD ALI / LIBERACIÓN FEMENINA /EL CONGO /UN MURO EN BERLIN.



Cassius Clay, conocido desde el año 1964 como Mohammad Alí, irrumpió en la escena deportiva mundial al obtener el título de campeón olímpico de boxeo en los semipesados en Roma en el año 1960.

El boxeador estadounidense, considerado “el mejor de todos los tiempos”, fue una figura social de enorme influencia en su generación, en la política y en las luchas sociales y humanitarias en la defensa de los afro descendientes.
Un extraordinario boxeador que obtuvo el título mundial de los pesos pesados en el año 1964 en una meteórica carrera donde fue derrotando a todos sus rivales.
Su estilo de boxeo alejado de la técnica tradicional, motivó la admiración, aún de quienes no conocían ese deporte y no tuvo rival que amenazara a su título.
Sin embargo en el año 1967, M. Alí, fue despojado de su corona al negarse a cumplir con el servicio militar, oponiéndose al reclutamiento por parte de las fuerzas armadas, argumentando su condición de musulmán y al objetar la guerra de Vietnam.
Fue acusado de desertor.
No obstante su crítica situación judicial, logró recuperar su título, no sólo una, sino en tres ocasiones.
Los medios de comunicación lo calificaron de “fanfarrón” debido a su permanente verborrea, pero tras de su incesante vociferar hacía una serie de críticas al sistema que resultan innegables en nuestros días:
“Los campeones no se hacen en los gimnasios, están hechos de algo inmaterial que está muy dentro de ellos, es un sueño, un deseo, una visión”
“Soy Musulmán, soy boxeador, un hombre que busca la verdad. No estaría representando al Islam si fuera terrorista. Todo el mundo debe conocer la verdad: islam es paz.”
“Ríos, lagos, lagunas y arroyos, todos tienen nombres diferentes, pero todos contienen agua. Así son las religiones, todas contienen verdades.”
“Cassius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí yo, no lo quería. Yo soy Mohammad Ali, un hombre libre.”
“¡Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10000 millas de casa y arrojar bombas y tirar balas a gente de piel oscura mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se le niegan los derechos humanos más simples?
No voy a ir a 10000 millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos”.
“Tenía que demostrar que se podía ser negro de otra manera y hacérselo ver a todo el mundo”.
El gran Mohammad Alí nos cautivó en la pantalla cuando disputaba algún combate.
Su lenguaje simple pero fluido siempre resaltó irónicamente la hegemonía de la raza blanca.


La época de los años sesenta trajo consigo un cambio en las costumbres y en la moda femenina. Obviamente todo nos llegaba y retrasadamente desde Europa.
De pronto irrumpió la minifalda.
Hasta antes del fenómeno que en Chile, en Santiago se hizo manifiesto a partir del año 1962, las mujeres usaban una falda que cubría sus rodillas.
Las divas del cine lucían sus figuras curvilíneas ceñidas a una falda larga.
La revolución sexual y la liberación femenina señalaron el camino de una nueva postura de la mujer.
Las mujeres se mostraban modernas e independientes, aparte del uso de minifalda, completaban su apariencia las medias estampadas y las largas botas blancas.
La tendencia de los diseños exploraba el futuro con colores plateados y blancos que nos traían un estilo espacial. En efecto la ropa y el maquillaje parecían llegar directamente desde el espacio.
El prototipo de la belleza era una delgadísima modelo llamada Twiggy.
El feminismo de los años sesenta planteó el reclamo de los métodos anticonceptivos, sosteniendo que la maternidad no era en mucho, la única experiencia femenina.
Las discusiones sobre la planificación familiar y los métodos anticonceptivos estaban presentes en las adolescentes.
Y la mujer comenzó a utilizar algunos espacios laborales.


En África se inició el proceso de descolonización.
Muchas naciones obtuvieron su independencia.
Sin embargo la crueldad el dramatismo y la humillación las vivió en toda su intensidad la República del Congo.
Miles de personas murieron en la crisis del Congo a principios de la década.
Conflicto que se caracterizó por la violencia política y tribal en vez de la guerra convencional y marcó un triste capítulo en la historia moderna de África.
Fueron sangrientos acontecimientos los que siguieron a la Independencia de Bélgica.
Grupos de mercenarios armados masacraron a la población del Congo disputándose territorios y riquezas naturales.
Al cabo de la década fueron muchos los países que se declararon como Repúblicas independientes.

Y en otra latitud del mundo, en Europa, en Alemania, se levantaba un muro.
Al término de la guerra, Berlín había quedado dividido en cuatro sectores; territorios que ocupaban soviéticos, Ingleses, Franceses y Estadounidenses.
El área oriental en poder de los soviéticos, quedó bajo la jurisdicción de la llamada República Democrática Alemana (RDA).
Los otros tres países conformaron un área gobernada por la República Federal Alemana (RFA).
En los años posteriores, la RDA, sufrió graves problemas en su economía provocando un éxodo hacia Berlín occidental.
La noche del 12 de agosto del año 1961, las autoridades de la RDA, levantaron un muro con alambradas que recorría cerca de 155 kilómetros interrumpiendo de la noche a la mañana el tránsito de vehículos y personas. De este modo el paso de una ciudad a otra quedó prohibido.
Lo que en un momento sólo fue alambrada y ladrillos acabó por convertirse en una gruesa pared de hormigón.
El muro permaneció en pie dividiendo la ciudad de Berlín.

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