martes, 28 de abril de 2015

LOS AÑOS SESENTA CON LOS OJOS DE UN TESTIGO



La época de los años sesenta es mucho más que la nostalgia.
En muchos aspectos la humanidad experimentó un salto gigantesco, tal y como lo refirió el astronauta al pisar el suelo lunar: “un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad".
Y precisamente este hecho se producía al término de la década.
Fue una época de intensa participación y de grandes acontecimientos que marcaron el destino de los que somos hoy, todavía en el inicio del tercer milenio.
El desarrollo se produjo en el campo de la ciencia, el arte, la música, la astronomía, pero sin duda lo más impresionante fue el despertar social del mundo especialmente de las nuevas generaciones, los jóvenes.

Y si queremos hablar de esta época maravillosa, llena de idealismos hay que buscar un punto de inicio que nos permite resaltar  los hitos de esos años inolvidables.
De algún modo tenemos que situarnos en el contexto mundial de lo que ocurrió. Algo así como el nudo que desata y destraba nuestra mirada.
Ciertamente sería demasiado monótono establecer un relato cronológico de los hechos y no nos permitiría poner en relevancia, lo que para cada uno de los habitantes de aquellos años, marcó nuestra vida y nuestra historia.

Este cambio en las estructuras culturales y sociales del mundo se contextualiza a partir del año 1947.

EL MUNDO SE DIVIDE /CUBA EL FOCO DE UN CONFLICTO.

En el año 1947 finaliza la segunda guerra mundial que destruyó Europa y que tuvo repercusiones en todo el orbe.


De esta cruenta guerra cuyos pormenores ha recogido la historia, surgen dos miradas de la sociedad, dos formas de vida, dos paisajes sociales. Dos culturas.
Una de ellas es la mirada capitalista del progreso y la libertad, USA estableció una línea socio política que alineó los países bajo su alero.
Por otra parte la URSS, estableció una sociedad socialista basada en la inspiración de Carlos Marx y Lenin.
Objetivamente el mundo quedó dividido en dos grandes bloques bajo los cuales se vivió la época de los años sesenta.

En la isla de Cuba, algo estaba ocurriendo al finalizar los años cincuenta. Luego de una serie de conflictos y guerras internas contra el poder establecido que representaba Fulgencio Batista, el primero de enero del año 1959, triunfa y se consolida la Revolución Cubana y surgen dos grandes líderes que se mantuvieron vigentes durante los próximos años: Fidel castro Y Ernesto Guevara, “el che”.
Fidel y el triunfo de la revolución significaron la recuperación de grandes empresas que hasta entonces pertenecían al capital norteamericano.
La nacionalización de la empresa fue una bofetada para los EEUU.


La respuesta de USA no se hizo esperar y el presidente John Kennedy, quien gobernaba el país de los EEUU, en 1962, estableció un severo bloqueo comercial contra la Isla de Cuba e incluso pretendió intervenir militarmente lo que ellos políticamente vieron como una gran amenaza.
El más conocido de estos intentos ocurrió en Bahía Cochinos, donde los isleños repelieron en forma monolítica la invasión que hacían    los marines estadounidenses.

Este acontecimiento motivó que el gobierno de Nikita Kruschev y la URSS, decidiera apoyar y neutralizar el bloqueo económico a través de sus convenios comerciales. La URSS abrió la posibilidad de que Cuba canalizara sus materias primas a través de los países de la órbita socialista.
EEUU amenazó con misiles para atacar a los isleños

URSS estableció la defensa de la isla con misiles apuntando hacia los EEUU.
Fue de este modo que Cuba optó por una vía socialista para su revolución.

La revolución Cubana , uno de los hitos de los años sesenta no hizo más que acelerar las grandes e irreconciliables diferencias que tenían y exacerbaban las dos grandes potencias.
El clima era de tal hostilidad política y comercial que ambas potencias lograron una fuerza militar y bélica que obviamente también competían por lograr la hegemonía del planeta.
Los líderes de ambos países establecieron una forma de paz conocida como “coexistencia pacífica” que permitía que sus respectivos bloques aceptaran las diferencias ideológicas que ello significaba.

En verdad era una “guerra fría” que estaba desatada y que mantenía al planeta en una tensión permanente.
El extremo de esta relación fue establecer un “teléfono rojo”, vía directa entre EEUU y la URSS, que permitía que ambos mandatarios pudieran comunicarse en el caso de que en algún lugar del orbe se produjera una situación de gravedad diplomática.

En verdad cualquier situación de amenaza significaba hacer uso del poderío nuclear.
El mundo parecía pender de un hilo.
De acuerdo con la visión occidental, lo que ocurría en el mundo socialista fue conocido como lo que estaba “detrás de la cortina de hierro”.
Al menos era la visión que se nos entregaba por los medios.


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